Hola! Mi consulta tiene que ver con el deseo sexual masculino. Paso a contarles, yo tengo 30 años y hace poco comencé a tener relaciones con mi novio de hace unos años. En realidad yo la paso muy bien y siempre tengo ganas de estar con él. El problema es que el tiene 51 años y a veces me parece que no tiene ganas de estar conmigo, Nunca me lo dice, todo lo contrario, pero si el no me busca para estar juntos yo me frustro. Como promedio lo hacemos una vez cada 15 días y la verdad me deja mal. Yo no lo busco porque me da pena. Podrían decirme que hacer? Gracias!!!
Hablarlo. Y hablarlo. Dejando por un tiempo de buscar o esperar demasiado la sincronicidad en lo sexual. Hay aquí una posible falta de buena comunicación, que es en lo que toca centrarse ahora. Una diferencia de edad importante lleva a menudo a malentendidos, a menudo basados en pensamientos o temores absurdos o poco razonados. Es fundamental mantener un diálogo frecuente y sincero en la pareja –de hecho como en cualquier otra pareja-, lo cual incluye hacer un poco de abstracción y hablar sobre la relación en sí misma, de vez en cuando y evitando personalizar, señalar o acusar lo más posible. Ante estas diferencias de edad, este tipo de diálogo es importante para deshacer tales malentendidos y temores.
Ocurre con frecuencia que la persona de más edad se condicione a sí misma por este mismo motivo de la edad, y piense que su pareja, porque ‘tiene más juventud’, más hormonas en el cuerpo o algo parecido, nunca se sentirá del todo satisfecha sexualmente. En realidad este autocondicionamiento le impide ver que la pareja está más dispuesta a adaptarse a su ritmo de lo que cree, y que este mismo temor le está llevando a rehuir situaciones sexuales sin darse cuenta. Otros temores que pueden investigarse son el miedo a causar un embarazo, o a hacer daño a la pareja.
Comprender este posible problema, por qué se da y abordarlo abiertamente, de la forma que antes sugería, puede ayudar mucho a superarlo.
El asunto puede ser más difícil de arreglar cuando la diferencia de edad comporta no tanto un autocondicionamiento psicológico como una realidad: a lo largo de la relación uno de los dos –normalmente el mayor- va descubriendo que existe una diferencia de mentalidades, de grado de madurez emocional e intelectual, que se muestra cada vez más insalvable. Aquí igualmente el diálogo sincero puede ayudar, pero quién sabe, a veces también el tomar un poco más de distancia, incluso física, lo que llevará a quitar un poco de agobio y tomar perspectiva de lo que realmente se quiere. Y a mantener el ‘misterio’ mientras esto sucede. Es necesario observar y comprender qué tipo de intimidad necesita la otra persona. Ayudarle a que lo exprese. A medida que las personas se hacen mayores se vuelven más individualistas, y suelen necesitar más la seguridad de sus rutinas. Esto es porque comprenden de verdad lo importante que es el respeto mútuo entre personas, por encima de otras cosas. Cuando esta comprensión es en positivo, es decir acerca de ellos mismos, lleva a desarrollar una mayor empatía y ‘magia’ hacia los demás. Cuando es en negativo, lleva a sentir que son siempre los demás quienes le han faltado repetidamente al respeto, y este dolor vital lleva a aislarse en sí mismo, a afianzar rutinas y manías, a ser desconfiado y temeroso de lo nuevo.